Los Desafios s del Grupo Luksic Para Reflotar Vapores
El ahora presidente de CSAV, Guillermo Luksic, deberá centrarse en tres aspectos fundamentales para sacar a la naviera de su delicada situación financiera: capitalizar a la compañía en el más breve plazo posible, reestructurar la empresa, y potenciar la adquisición de flota propia –que hoy no supera el 11%.
Una serie de desafíos deberá enfrentar el Grupo Luksic tras su ingreso a la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) –donde compartirá el control con el grupo Claro, mediante pacto de accionistas cuya intención de firma ha sido informada a la SVS–, tras la compra en dos fases del 18% accionario a Marinsa, por US$240 millones en total (a través de Quiñenco, su matriz de inversiones).
Los Luksic desembolsaron $285 por acción en la primera etapa (10% de la propiedad), y $ 350 por papel en la segunda (8% de la propiedad), lo que dista mucho de los más de $1.300 que llegaron a valer los títulos en 2005, época en que el Grupo Angelini se desprendió de su participación minoritaria en la compañía.
Ello confirma, por una parte, que el grupo de origen croata se mantiene fiel a su política de adquirir barato empresas que bien administradas pueden proporcionar altos retornos.
Si bien muchos vieron en la compra un interés de los Luksic por las sinergias que CSAV tendría con sus otras empresas, especialmente en el campo minero, cercanos al grupo desestiman esa teoría, pues la capacidad de flete de CSAV se concentra en contenedores y no en el transporte de graneles, que son los requeridos para transporte de mineral y metales. Más bien, el holding estaría realizando una jugada a más largo plazo, para “levantar” a la naviera.
El ahora presidente de la misma, Guillermo Luksic –junto a los directores en representación de Quiñenco, Francisco Pérez Mackenna y Gonzalo Menéndez–, deberá centrarse en tres aspectos fundamentales, con el objeto de sacar a la naviera de su delicada situación financiera: recapitalizar la compañía en el más breve plazo, reestructurar la empresa, y potenciar la adquisición de flota propia –que hoy no supera el 11%.
Lo que Viene
Según los estados financieros de CSAV a diciembre 2010, la naviera posee obligaciones para el 2011 de US$835 millones en arriendos operativos, los que en su totalidad suman US$2.554 millones de deuda fuera de balance, por el alquiler de 185 barcos y 411.983 contenedores.
Fitch Ratings, utilizando el estándar internacional de la clasificadora para compañías que arrienden sus activos operativos, estima esa deuda fuera de balance en US$4.961 millones, correspondiente a siete veces los alquileres anuales normales. En palabras simples, por el lastre de los arriendos no compensados por la operación, la naviera ha ido quedando descapitalizada.
El gerente de estudios de Van Trust Capital, Gavin Templeton, señala que CSAV “no cumple con el estándar internacional, donde se debe contar con entre un 50% y 60% de flota propia, no un 11% como en este caso. Debe encontrar un mejor equilibrio, para bajar la alta volatilidad del negocio, un gran desafío para los Luksic”.
Los contratos de arriendo suscritos por CSAV con sus armadores varían en plazos que van entre tres meses a cinco años. En el caso de los contenedores, el plazo de arriendo no supera los ocho años, sin opción de renovación.
Capital y Compras
En la última junta de accionistas de CSAV, fue aprobado un aumento de capital por US$1.000 millones, que se haría en dos etapas, de US$500 millones cada una, para potenciar a la empresa. No obstante, fuentes del mercado aseguran que no será el único, debido a que “hay que invertir mucho en flota propia y cubrir una gran cantidad de pérdidas operacionales”.
Lo que sí, Rina Jarufe, analista de Fitch Chile, asegura que “el Grupo Luksic tiene la liquidez suficiente, y por ello, puede hacer efectivo el aumento de capital. Se fortalece y el mercado queda tranquilo con esta operación, lo que eleva su posibilidad de éxito”.
Incluso, si no todos participan en este aumento de capital, el holding podría suscribir las acciones no suscritas. Con todo, aparte de los US$240 millones ya invertidos en la compra del 18% de CSAV, tendrían que desembolsar hasta US$290 millones adicionales en este movimiento financiero, con lo cual llegarían al 20% de la propiedad de la naviera.
En tanto, pese a que los Luksic han recalcado que están cómodos con su actual posición accionaria en CSAV, en el sector estiman que el grupo podría seguir comprando participación en la naviera. Y uno de los blancos serían las AFP, que tienen más del 26% de la empresa. De hecho, el pacto de accionistas con el grupo Claro deja abierta la posibilidad para nuevas compras de papeles, pero obliga a la mantención de éstos por, al menos, 18 meses.
La apertura del 49% a Bolsa de la filial logística de CSAV, SAAM (que tiene 62 puertos en 11 países), es la alternativa de capitalización menos probable. “Es uno de los pilares del negocio, es un generador de flujo de caja, le da estabilidad, y no veo que vayan a abrir parte de la propiedad a la Bolsa”, indica Templeton.
El Origen del Lastre
La compleja situación de CSAV se origina en el tercer trimestre del año 2005, al anotar pérdidas, pese a que durante ese ejercicio completo obtuvieron utilidades. En la memoria de ese período, la naviera explica que “existe un desajuste entre la demanda y la oferta, en el mercado de fletes de barcos portacontenedores”, sin detallar, eso sí, su exposición a ese riesgo.
Luego, CSAV tuvo balance en rojo en el 2006, utilidades en el 2007, mermas en el 2008, cuantiosas pérdidas en 2009, y de nuevo ganancias en el 2010. Una fuente del mercado apunta que “se desequilibraron, crecieron demasiado rápido, no pudieron hacerlo en base a barcos propios, y quedaron expuestos, lo que les generó desorden. Un año bueno, un año malo, así se representaba la volatilidad de la naviera”.
Mientras, Templeton agrega que en CSAV “no entregaban toda la información necesaria hacia atrás, siempre fue un misterio el tema de su flota, recién ahora lo están mostrando más (en el 2010), es cosa de ver sus estados de resultados. La empresa no tiene analistas oficiales entre las corredoras de Bolsa por eso, aunque existen analistas que la siguen”.
Fitch Ratings explica que, después de la crisis del 2009, la compañía aumentó en forma relevante su flota arrendada (naves y contenedores), buscando capturar el importante repunte vivido por la demanda y por las tarifas en el 2010.
Sin embargo, el bajo porcentaje de naves y contenedores propios (cercano al 7% versus un 45% promedio de la industria) le dio mayor vulnerabilidad al margen operacional frente a la volatilidad de precios y tarifas de transporte internacionales, lo que se volvió más relevante desde el tercer trimestre del 2010, tras la importante caída de las tarifas, afectando el flujo operacional de la compañía a partir del último trimestre del mismo año.
Considerando esta exposición, la empresa –antes de la llegada de los Luksic– estaba centrando sus esfuerzos en lograr a largo plazo una proporción de un tercio de naves propias, otro tercio con arriendos de corto plazo, y el tercio restante en arriendos de largo plazo, cifra considerada insuficiente por el mercado.
Una muestra más de la complicada situación financiera de CSAV fue la entrada de los armadores alemanes –encabezados por Jochen Dohle– al 18% de la propiedad de la naviera, vía capitalización de los US$600 millones que CSAV le adeudaba por concepto de compra y arriendo de naves. Se mantuvieron menos de un año como segundos mayores accionistas, vendiendo sus acciones antes que se desencadenara esta nueva crisis.
FRANCISCO PEREZ MACKENNA
“Nuestro Interés en CSAV No Fue por las Sinergias”
El gerente general de Quiñenco –matriz de inversiones del Grupo Luksic–, y ahora director de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), Francisco Pérez Mackenna, señaló que, por el momento, el holding de origen croata está “cómodo” con su participación en la naviera.
—¿Tienen definido algún plan con CSAV? Se dice que debe potenciarse la flota propia, por la volatilidad que produce tenerla en mayor medida arrendada…
—Sería aventurado adelantar información como esa, recién llevamos una semana de historia en la compañía, y estamos en proceso de inducción de sus operaciones en general.
—¿Cuáles son las sinergias que les hicieron decidir ingresar a la propiedad de CSAV?
—Hay que tener presente que nuestro interés no va por el lado de las sinergias que nos pueda generar, sino más bien la compañía es muy atractiva. La empresa es bastante grande, tremendamente globalizada, prácticamente es la más global que tiene Chile, está en los cinco continentes. Y participar con el Grupo Claro en el negocio le da más valor todavía, por la historia que tiene en el país.
—Se dice que, sobre todo la compra del primer paquete accionario de CSAV (10%), fue a bajo precio…
—Nosotros compramos a precio de mercado, eso es lo que puedo señalar.
—Han afirmado que participarán en el aumento de capital de US$1.000 millones que hará CSAV. Pero en caso que algunos accionistas no lo hagan, ¿suscribirán esos papeles?
—Claramente vamos a participar en ese aumento de capital, y si suscribimos o no más papeles, tendremos que verlo en el momento.
—¿Es suficiente este aumento de capital? En el mercado se especula que, posteriormente, tendrían que hacer otro…
—La administración propuso este aumento de capital por US$1.000 millones al directorio, y se aprobó en la junta pasada, decir otra cosa es hablar del futuro, que es una cosa demasiado amplia, sobre todo al referirse a negocios.
—¿Están cómodos con su actual participación en CSAV? ¿Es posible que compren más acciones, por ejemplo, a las AFP?
—Siempre estamos cómodos, y el tener o no más participación en la compañía, está en el documento que dará origen –ojalá– a un pacto de accionistas con el grupo Claro. La intención está plasmada allí.
Accionistas de CSAV
Varios son los personajes reconocidos que han estado en la propiedad de CSAV y que, finalmente, han salido de ella. Un ejemplo es el fallecido empresario alemán Guillermo Schiess, quien aprovechó la ola de privatizaciones en el Gobierno Militar y entró a la naviera, además de compañías como Mantos Blancos y Copec. Al momento, su hijo Christoph –que está al timón de Empresas Transoceánica– mantiene un puesto como director independiente en la firma.
También estuvo en CSAV el actual Presidente de la República, Sebastián Piñera, luego de comprar en el 2003 el 6% de la naviera. Ese mismo año vende este porcentaje. Y acto seguido, ingresa a Marinsa, posteriormente cediendo igualmente su participación total. En el mercado indican que este movimiento se debió a una toma de oportunidades.
El grupo Angelini, por su parte, estuvo en CSAV, hasta que decidió vender en el 2005 el 18,5% de su propiedad en la naviera, luego de estar varios años en ella. Previamente, había rechazado las ofertas de compra que estaban en el rango de los $1.200 y $1.300 por acción por los porcentajes accionarios de sus filiales AntarChile S.A e Inversiones Angelini y Cía. Ltda.
DF : 18-4-11
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